Título: El Océano Al Final del Camino
Autor: Neil Gaiman
Título Original: The Ocean at the End of the Lane
ISBN: 8499186572
Edición: Paperback
No de pp. 236
Editorial: Roca

Hace cuarenta años, cuando nuestro narrador contaba apenas siete, el hombre que alquilaba la habitación sobrante en la casa familiar se suicidó dentro del coche de su padre, un acontecimiento que provocó que antiguos poderes dormidos cobraran vida y que criaturas de más allá de este mundo se liberaran. El horror, la amenaza, se congregan a partir de entonces para destruir a la familia del protagonista. Su única defensa la constituirán las tres mujeres que viven en la granja desvencijada al final del camino. La más joven de ellas, Lettie, afirma que el estanque es, en realidad, un océano. La mayor dice que recuerda el Big Bang.

Bien, la historia nos lleva a seguir a un hombre, que regresa a su pueblo para asistir a un funeral, pero mientras se encuentra en aquel lugar, los recuerdos perdidos de su niñez comienzan a surgir, recordando sus días de amistad con Lettie, la niña que fue su única compañera de aventuras en aquella época.
En el libro nos encontramos con un niño incómodo con su propia piel e introvertido al que le gusta leer y no tenía mucho contacto con otros niños, así que resulta ser un protagonista inteligente y fácil de congeniar con él, pero que a lo largo del libro va tomando más confianza, a la par de que se vuelve más aventurero.
Me encantaba leer. Me sentía más seguro en compañía de un libro que de otras personas.

Los personajes que más me gustaron resultaron ser la abuela y la madre de Lettie, ambas me parecieron interesantes y misteriosas, me hubiera gustado conocer un poco más de la abuela y conocer realmente de lo que era capaz. Si pienso un poco sobre los personajes en general, no me parecen trascendentales, muy poco recuerdo de los padres del protagonista y de los secundarios ni se diga. El autor se centra en la familia de la niña y su relación con el protagonista, y ya está, no te da para sentir empatía por los demás.
—Nada es nunca igual —dijo—. Así haya transcurrido un segundo o cien años. Todo está en continuo movimiento. Y la gente cambia igual que cambian los océanos.

La verdad, es que no tenía ninguna expectativa, si vamos un poco más allá, la historia tiene el mismo tinte que su libro Coraline e incluso algunas situaciones me parecieron similares al igual que algunas actitudes de los personajes, el libro es cortito por lo que no lleva mucho tiempo leerlo e incluso te engancha, aunque hacia el final siento que decae la historia fue un placer volver a leer a este autor.
No echo de menos ser un niño, pero echo de menos el placer que me producían las pequeñas cosas, por más que las cosas importantes se estuvieran desmoronando. No podía controlar el mundo en que vivía, no podía huir de las cosas, la gente o los momentos que me hacían daño, pero disfrutaba como un enano de lo que me hacía feliz.

Intenté leer este libro hace un par de meses pero no me atrapó para nada, después de eso me leí el libro del cementerio y lo amé, espero poder retomar esta novela de nuevo pronto.
ResponderEliminarSALUDOS XOXO